Forastera, con gran pompa recibida, desde la catedral, puesta en sus andas; con riqueza en sus diamantes muy nutrida, triunfante, salió en hombros a la plaza.
Reina y Señora que es de cielo y tierra fue noble y al bajar la escalinata, su reflejo alumbró, cual luz de vida, a sus hijos devotos que miraban.
Por gente del común con el virrey, vecinos del cabido y de la Audiencia con danzas, bailes y las luces de candelas por calles con ventanas adornadas, serena fue llevada hasta el espino que se hizo como altar, con nicho y fondo.
La aventura de traer al mundo de los libros esta segunda edición de Guernica Ica, nos llevó en un ajetreado viaje virtual, desde Lima hasta Puerto Rico, de Puerto Rico a Nueva York y por supuesto desde la ciudad que nunca duerme hasta el poblado minero de Marcona, Ciudad natal de su autor, el empresario, pensador y educador peruano, Isaac Cazorla Moquillaza.
Tocante de este reino y esta tierra que es lo màs principal que hay en las Indias desde el Nombre de Dios, en Panamá pasando por Brasil a Tierra Firme. Y al sur con las provincias desde Chile y todos los poblados del Estrecho, diré que es tierra extensa y muy bendita con mucha variedad de aguas y climas. Siendo curiosidad los grandes cambios de temple entre parajes muy cercanos.
Por la costa ni llueve ni graniza ni nieva, ni tormenta alguna suena. Pero tras cierto tiempo agua menuda rocía y de garúa lleva el nombre. La cual es maravilla de provecho porque hace de la tierra nacer huertos. Que aunque el agua de acequia siempre abunda, pues sale de los ríos despeñados que cargan con las lluvias de la sierra; faltando esta garúa sufrirían por falta de humedad las sementeras.
Y lo que admira más es que, arenales estériles y secos de estos llanos con nieblas y garúas visten hierbas y flores que es de verse todas ellas que aparecen en su doble primavera:
Los huertos ven salir las de septiembre regadas por las aguas de la acequia. Empero entre las lomas y quebradas se cuajan desde abril, y a agosto llegan.
Así las sabandijas son muy raras; ni perros hubo nunca en mal de rabia. Ni en rutas de las costas hay lagartos y así por costanera siempre andamos libres y sin temer por algún daño.
Quisquís y Calcuchima capitanes Que fueron de Atahualpa, prisionero Se tomaron al príncipe heredero Del trono de su padre: Huascar Inca.
Así se hizo muy grande el sentimiento En nobles de su corte, y como antaño Tuvieron por costumbre el sacrificio a su dios Viracocha lo ofrecieron.
Llamándole creador de todo el mundo, Pidieron que enviase desde el Cielo Quien ponga en libertad al heredero Ya que ellos no podían con sus fuerzas.
Confiados en el rito se enteraron Que una pequeña escuadra de barbados Volando sobre bestias como fieras Los truenos empleaban en batalla. Y usando ese poder, en Cajamarca, Tenían a Atahualpa prisionero.
Y tanto por haber pasado esto Después de que ofrecieron sacrificio, Así como por ser los nuestros pocos Para atar. a Atahualpa fácilmente, Viracochas nombraron a esas gentes, Como a divinidad. Según los griegos A Pablo y Bernabé, también dijeron Júpiter y Mercurio cuando a Listra Llegaban por llevar el evangelio.
Pues hijos de los dioses les tuvieron. Y así, -aunque también es verdadero Que hoy ya por cualquiera, se usa aquello- Nació por la veneración a esos primeros.
También es de decir, porque es muy cierto: Que si hubiésemos dado un buen ejemplo, Este fuera razón de que aprendiesen Lo bueno que les hemos enseñado Y fuera este muy grande beneficio Tanto a los españoles como a indios.
Mas siendo nuestros fallos abundantes, Sepamos cuan enorme es la grandeza Que nos legó el Señor, pues El dispuso La entrada hasta el Perú de esos primeros, La cual fuera imposible si no hubiera Tan cruenta división en los hermanos Huascar como Atahualpa, ni la estima Que tuvieron los indios a los nuestros. Haciendo que, la tierra ya ganada y en paz, se procurase que sus almas Se salven por la gracia de los Cielos.