Suelto su mano en la tierra,
que es su rayuela
de hojas caídas,
y entrando a la quinta vieja;
casa solar del padre perdido,
siento un intenso latido
de saber que parte y verla
dormida frente a una lágrima.
Mas cuando avanza la niña
moviendo su mano mojada
me escondo y callado despierto
para dormirme mirándola.
Deja una respuesta